El Parque Nacional Torres del Paine es un santuario natural que parece surgido de otro planeta. Aquí, la cordillera se alza en formas imposibles, los lagos reflejan el cielo como espejos líquidos, y el viento lleva el eco de una tierra intacta. Sus senderos cruzan praderas, bosques y miradores únicos. Desde el Lago Nordenskjöld al Salto Grande, el macizo revela glaciares y estepa.
Ver el amanecer teñir de rojo las Torres es uno de esos momentos que quedan grabados para siempre.












